miércoles, 9 de diciembre de 2020

Autismo: Otros

 Factores de riesgo

Cada vez aumenta más la cantidad de niños diagnosticados de trastornos del espectro autista. No está claro si esta cifra se debe a una mejor detección e informe, a un aumento real de la cantidad de casos o a ambos. Estos trastornos afectan a los niños de todas las razas y culturas, pero hay determinados factores que aumentan el riesgo de padecerlos.

  •       El sexo. Los niños tienen cuatro veces más posibilidades de padecerlos que las niñas.
  •      Antecedentes familiares. Las familias con un niño con trastorno del espectro autista tienen mayor riesgo de tener otro hijo con el mismo trastorno. Es frecuente que padres y familiares de un niño con trastorno del espectro autista tengan problemas menores con las habilidades sociales y  de comunicación
  •     Otros trastornos. Los niños con ciertas enfermedades tienen mayor riesgo de padecer un trastorno del espectro autista. Por ejemplo el síndrome del cromosoma X frágil, un trastorno hereditario que causa problemas intelectuales; la esclerosis tuberosa, enfermedad en la que se forman tumores benignos en el cerebro; el síndrome de Rett, enfermedad genética que aparece mayoritariamente en niñas y provoca un crecimiento más lento de la cabeza, incapacidad intelectual y pérdida del uso útil de la mano.
  •     Bebés prematuros. Bebés seismesinos tienen un mayor riesgo de padecer un trastorno del espectro autista.
  •     Edad de los padres. Se sigue investigando la relación existente entre los niños nacidos de padres mayores y el trastorno del espectro autista.

Complicaciones

Los problemas que poseen las personas que padecen un trastorno del espectro autista con las relaciones sociales, la comunicación y la conducta pueden dar lugar a problemas en el colegio y en el aprendizaje, problemas laborales, incapacidad para vivir de forma independiente, aislamiento social, estrés familiar, victimización y ser objeto de intimidaciones.

Prevención

El diagnóstico e intervención tempranos son lo más útil, y pueden mejorar el desarrollo del lenguaje, las habilidades y la conducta. Sin embargo, la intervención es útil a cualquier edad. Los niños, en general, no dean de tener los síntomas respectivos al trastorno cuando crecen, pero aún así pueden aprender a desempeñarse adecuadamente.

Bibliografía:

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