Tratamiento
Los
expertos no se ponen de acuerdo sobre los medicamentos para el tratamiento. Los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o la clomipramina
(un antidepresivo tricíclico con potentes efectos serotoninérgicos) han
demostrado eficacia en la reducción de algunos de sus síntomas, sobre todo si
el paciente padece de manera coexistente depresión o ansiedad. Para la conducta
de arrancarse el pelo, la clomipramina parece ser más eficaz que la desipramina
(un antidepresivo tricíclico que inhibe la recaptación de norepinefrina).
En
un estudio, la N-acetilcisteína (un agonista glutaminérgico parcial) fue eficaz
para adultos, pero en otro estudio pequeño, no fue más eficaz que el placebo en
niños. También existen pruebas limitadas de que los bloqueantes de la dopamina
en dosis bajas como olanzapina son eficaces, pero se debe evaluar la relación
entre el riesgo y el beneficio.
En
la actualidad, el tratamiento psicoterapéutico de elección es la terapia
cognitiva-conductual que se dirige a tratar los síntomas del arrancamiento del
pelo. Se recomienda la reversión de hábitos, una terapia predominantemente
conductual, que incluye:
- Entrenamiento de
sensibilización
- Control del
estímulo
- Entrenamiento de
respuesta competitiva (enseñar a los pacientes a sustituir la conducta del
arrancamiento del pelo por otros comportamientos, como apretar el puño)
La tricotilomanía
comienza en niños menores de 6 años y puede desaparecer sin tratamiento. Para
la mayoría de personas, arrancarse el pelo termina al cabo de 12 meses. Para
los demás, la tricotilomanía es un trastorno de por vida. El tratamiento con
frecuencia mejora el arrancamiento del pelo y los sentimientos de depresión,
ansiedad o imagen pobre de sí mismo.
Bibliografía:
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