Signos y síntomas
Las
personas que padecen este trastorno presentan aislamiento social, reclusión en
el propio hogar y apariencia descuidada por falta de higiene. Son capaces de
acumular grandes cantidades de basura en los domicilios, lo que conlleva a
problemas vecinales por el mal olor desprendido, y vivir voluntariamente en
condiciones de pobreza extrema.
Los
pacientes suelen mostrar un descuido en su autocuidado y en la limpieza del
hogar. Se aíslan socialmente, paulatinamente van perdiendo contacto con todo su
entorno, incluso con familiares cercanos. En las fases más avanzadas de la
enfermedad, sólo mantienen el contacto con personas necesarias, con las que
interactúan para adquirir comida o algún otro producto de primera necesidad.
Además,
pueden llegar a reunir grandes cantidades de dinero en sus casas o en el banco
sin ser conscientes de lo que realmente tienen. Aun así, ellos piensan que
carecen de recursos económicos, y que por ello necesitan ahorrar y guardar
artículos que no tienen ninguna utilidad.
Las
personas que padecen este síndrome no son conscientes de ello y rehúsan cualquier tipo de ayuda que se el ofrezca. Las funciones cognitiva y social
están claramente alteradas y no existe ningún tipo de patrón a la hora de
acumular las cosas.
Bibliografía:
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